Camino directo a tus ojos, mas no encuentro tu alma, solo tu deseo, te veo tan placida en tu cama, aunque solo sombras llegan a mi mente.
Que delicia ver tus sombras en la cama, ver como tu cuerpo reposa después de una jornada pesada, de un dia atariado, de la fatigante faena diaria que es tu vida.
Te deseo, como nunca y tú duermes tan apasiblemente en la oscuridad de tu cuarto, de nuestro cuarto, del nido de nuestro amor, de nuestro deseo, de nuestras emociones encontradas entre sabanas y suspiros.
Que rico es verte ahí, aunque sea en sombras, recostada en tu calma, en mi deseo deslumbrado por las curvas de tu piel sombrio al placer que mi deseo en ti encuentra.
Eres una delicia aun solo en las sombras, en el desperdicio de tu soledad, en la quietud de nuestra cama, en el amor de la oscuridad que me dejaste y aun no puedo sacar de mi corazon.
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