martes, 7 de octubre de 2008

Un sueño erótico, desde tus ojos


No se realmente como comenzamos, pero ahí estábamos tu cuerpo y el mió, en un sueño calido lleno de pasión, delirio y deseo, en un rincón de amor, paz y furor.


Mi amado deseando el cuerpo de la mujer que ansia el mar del deseo, esa calidez que solo el da a mi vida, a mi alma, a mi cuerpo, al cántaro donde pone su semilla sagrada.


Era ver cada músculo dispuesto a nuestro deseo, cada gesto al compás de este calor encerrado en las cuatro paredes de esta habitación, nido del deseo y la pasión de nuestros cuerpos carbonizantes de lujuria y gemidos.


Veo en tus ojos el fuego de mi deseo, entremezclado con el sudor de nuestros cuerpos llenos de la transpiración, llenándonos de mas calor, haciendo las travesuras mas divertidas de dos amantes en un su escondite.


Despierto con el corazón sobresaltado, con el cuerpo húmedo en la soledad de mi cama, lejos de la calidez de tu cara mi amado, del espacio que solo tu cuerpo me puede brindar a mi intimidad, cuanto te deseo y no estas aquí

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