Me dispongo a escribirte, me preparo una taza de café, oscuro con dos de azúcar, no se aun que voy a plasmar, pero tengo la necesidad de ponerte en palabras, dedicarte unos minutos de sobria poesía. Sin sacar un poco del delirio que me amerita el solo hecho de pensarte, sentirte y no digamos desearte. Cuanto más pienso lo que deseo plasmar, mas deseo sentirme dentro de ti.
Poesía sin sobriedad, palabras sin sentido,sentidos excitados por aromas, colores, sabores y muestras de vivencias grabadas con sudor, fuego, pasión, delirio y un poco de locura corporal, entre embestidas de mil fluidos expuestos de dos cuerpos insaciables, llenos de ansias dichas entre gemidos. Mil segundos atrapados entre pecho y espalda, caderas humeantes y movimientos vertiginosos que solo entre tú y yo hemos vivido.
Ya no hay mas café, solo recuerdos de instantes navegados en lo más profundo de tu ser, viajando como un microbio, en la piel desnuda de tu deseo, pasión o locura corporal que una vez he deseado en estas últimas mil y una noches de frio y desdén, simplemente deseándote con un corazón loco que bombea pasión a donde la piel se expande de tu recuerdo, donde me quedan grandes huellas de tu deseo y mi búsqueda de ti.
Locuras de media noche
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